El sustrato es básicamente el preparado de tierra que vamos a utilizar en la maceta para que nuestra planta crezca sin problemas. Se prepara con muchos componentes, cada uno de ellos cumplirá una función especifica, ya sea aportando los nutrientes necesarios, ayudando a mejorar la textura de la tierra, reteniendo agua, etc.



Tres factores principales hay que tener en cuenta cuando preparamos el sustrato: 



* NUTRIENTES

Los tres mas importantes son el Nitrógeno, el Fósforo y el Potasio. El primero es necesario mas en la etapa de crecimiento, mientras que los otros dos son mas necesario en la etapa de floración. Siempre que compremos un fertilizante debemos observar los porcentajes de N-P-K (nitrógeno- Fósforo - Potasio) posee para darnos cuenta en que etapa debemos aplicarlo.

Existen muchos nutrientes mas que aportan incontables elementos que la planta utiliza. Nos extenderíamos mucho hablando de cada uno de ellos.



* PH



Con respecto al PH del sustrato, es recomendable que se encuentre cercano al neutro (7) y de ser posible hasta un poco ácido (6.7). Existen instrumentos que sirven para medir el PH del suelo.



* TEXTURA



Es de suma importancia que nuestro sustrato tenga una buena textura. Una tierra texturada permite el buen desarrollo de las raíces, la capacidad de retener aire y agua, el buen drenaje del exceso de riego, etc.



El drenaje del agua lo es todo. Si la tierra se compacta no permite que el agua y el oxígeno penetren en ella haciendo que las raíces dejen de desarrollarse y la planta detenga su crecimiento. Siempre va a ser preferible una tierra texturada con pocos nutrientes a una tierra bien fertilizada y poco texturada (ninguno de los dos casos es el ideal claro está).



Elementos comunes que brindan una buena textura pueden ser: Perlita, Vermiculita, Leca, Turba, Fibra de coco, entre otros.





MACETAS



Debemos tener cuidado con la maceta que vamos a elegir a la hora de colocar nuestra planta, sobre todo en interiores. Hay que entender que cuanto más grande es la maceta más grande será el tamaño de nuestra planta.



Las macetas más prácticas son las de plástico que conseguimos en cualquier vivero, se pueden reutilizar con una simple enjuagada. No son recomendables ni las de metal ya que se oxidan con el tiempo ni las botellas o botellones transparentes plásticos ya que cuando las raíces llegan al fondo empiezan a poblar las paredes del recipiente y recordemos que éstas no deben exponerse a la luz por ser fotosensibles.



Siempre verificar que la maceta este perfectamente limpia, libre de plagas antes de colocar el sustrato.



Observar que la base de las macetas o contenedores posean la cantidad adecuada de orificios por donde el exceso de agua va a drenar. De no tenerlos, debemos hacerlos con un cuchillo o cualquier elemento punzante.



Es conveniente comenzar geminando en macetas pequeñas e ir realizando trasplantes a medida que la planta lo requiera, de esta manera aprovechamos mejor el espacio en interiores.